¡Hola a todos y a todas!
El pasado martes 22 de Septiembre, en
la clase de Tecnología Educativa, estuvimos
trabajando un texto conocido como “La innovación social y el nuevo discurso del
management: limitaciones y alternativas”, escrito por Luis Enrique Alonso y
Carlos Jesús Fernández Rodríguez.
Nos pareció un texto muy interesante a
trabajar, ya que trataba sobre una serie de aspectos que son necesarios llevar
a cabo para adquirir o transmitir una buena enseñanza.
El texto nos hablaba de la
necesidad de llevar a cabo una reforma social, pero ¿cómo podríamos establecer
esta reforma? El mejor modo para ello, es ofreciendo a los alumnos una mayor libertad
y capacidad de innovar dentro de su proceso de enseñanza-aprendizaje.Pero esto de innovar, ¿solo puede hacerse posible en el ámbito educativo? Nosotras pensamos que no. No solo debe llevarse a cabo dentro del ámbito educativo, sino también dentro del ámbito laboral.
La innovación nos ayuda a adquirir un
mayor aprendizaje haciéndonos los protagonistas de este proceso. Por ello
debemos plantearnos, ¿para qué innovar?
Tanto la educación como el mundo del
trabajo, siempre se han visto sujetos a la competitividad. No estudiamos o
trabajamos para sentirnos realizados, sino para ser mejor que el resto. A
través de la innovación lo que se pretende es eliminar esa competitividad y esa
monotonía del aula, del despacho, etc. formándonos como personas más cooperativas.
Por tanto, consideramos que la
innovación es muy efectiva para mejorar aquellos aspectos negativos con los que
nos podemos encontrar, ya que pensamos que los cambios siempre son positivos. Pero
¿sería positivo llevar a cabo una innovación continua y perpetua?
En todo momento debemos saber cuándo es
necesario innovar y cuando no. Por ello, tenemos que ser conscientes de este
proceso y no hacer un uso abusivo de él, ya que si el proceso que se está
llevando a cabo en la escuela o en el trabajo es el adecuado, tal vez no sea
necesario innovar para establecer un cambio y deberíamos mantenerlo como está.
Por otro lado, vemos la importancia que
tiene el eliminar aquella imagen negativa que se tiene del despacho o de la
misma escuela, para tener una mejor visión de éstos, percibiéndolos como un
espacio de juegos, con un clima agradable,… Si logramos alcanzar esto, haremos
que los empleados o los estudiantes se sientan más motivados, y por tanto, sean
capaces de llevar a cabo una mayor innovación, estableciendo una mayor
creatividad,…
Pero, ¿cómo podemos crear a personas
creativas? Personalmente consideramos, que si a las personas se les ofrece la
libertad que necesitan para desarrollarse por ellos mismo, conseguirán ser más
creativos que si les cohibimos y limitamos a, simplemente, hacer lo que una
persona (ya sea un maestro, el jefe,…) les marca.
Por otro lado, también nos gustaría
destacar la cooperación, ya que consideramos que cuando una persona se
encuentra en relación a otras, surge una mayor variedad de ideas y suelen ser
más creativas y creativos. Además de esto, consideramos que a través de la
cooperación se establece una eliminación, en cierto modo, de aquella
competitividad de la que hablábamos en un principio, formando a personas más
justas, sociables y unidas.
Por tanto, como conclusión queremos
destacar la idea de que, si hacemos uso del proceso de innovación y de la
creatividad, sin abusar de ellos, podemos lograr un mayor desarrollo de las
personas tanto de manera individual como de manera social.
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